Agra es conocida como la ciudad del amor debido a su famoso monumento al amor, el Taj Mahal. Este mausoleo de mármol blanco fue construido por el emperador mogol Shah Jahan en memoria de su esposa favorita, Mumtaz Mahal. Reconocido como una de las siete maravillas del mundo, destaca por su belleza arquitectónica y su significado romántico.
Un viaje a India no estaría completo sin visitar el Taj Mahal. Sinceramente, tenía miedo de que, al ver tantas fotos y videos, mis expectativas fueran demasiado altas y no quedara tan impresionada, pero la realidad superó con creces todo lo que había visto en internet.
La lista de qué hacer en Agra:
Taj Mahal: ojalá al amanecer o atardecer
Fuerte de Agra
Mausoleo de Itimad-Ud-Daulah: conocido como el mini Taj
Jama Masjid
Mehtab Bagh: Parque con hermosas vistas
Bazares: El Bazaar Kinari y el Bazaar Sadar
Fatehpur Sikri: Ubicado a unos 40 km de Agra, Fatehpur Sikri es una antigua ciudad amurallada construida por el emperador mogol Akbar
La tumba de Chini Ka Rauza
Tumba Akbar el grande
Dos días en Agra
Viajamos desde Delhi a principios de junio de 2023 (antes de ayer). Optamos por ir con Dev, un conductor muy buena onda que solía trabajar para la compañía y ahora es independiente. Afortunadamente, no tomamos un tren o bus, ya que el calor habría sido agotador, y como éramos cuatro personas, nos resultó más económico y cómodo ir en auto. Por 2,000 rupias por persona, ida y vuelta. Si hubiéramos tomado el tren, habríamos tenido que tomar un Uber hasta la estación de Delhi, pagar el boleto de tren y luego tomar tuk-tuks en Agra. En cambio, con Dev, salimos directamente desde la puerta de nuestra casa y nos llevó a todos los lugares que visitamos en Agra, con buena música, compañía y aire acondicionado.
La temperatura en Agra se sentía mucho más alta que en Delhi, lo que hizo que fuera muy agotador visitar más de un lugar por día. Por lo tanto, redujimos nuestra lista de cosas por ver y aumentamos el tiempo de siesta.
Salimos de Delhi a las 5:30 a. m., después de trabajar y sin dormir, y tuvimos un trayecto de cuatro horas hasta llegar a Agra. Al llegar, buscamos un hostal llamado "Zigzag Homestay" que tenía buenas reseñas en Booking, pero estaba lleno. Nos recomendaron el "Stella Hostel", que estaba muy cerca del Taj Mahal y se podía llegar caminando en 15 minutos. Las habitaciones eran económicas y bastante decentes, a un costo de 400-500 rupias por noche por persona. El calor era intenso afuera (decían que eran 42 grados, pero no les creímos mucho), así que decidimos desayunar y descansar un rato antes de salir a explorar.
Lo primero que visitamos fue el Fuerte de Agra, una imponente fortaleza construida con arenisca roja. Este complejo fortificado alberga una serie de palacios y edificios históricos, como el Palacio de Audiencias Públicas y Privadas, el Palacio de Mármol y la Mezquita de la Perla. Además de su impresionante arquitectura, ofrece vistas panorámicas del Taj Mahal desde sus muros. Fue en este fuerte donde el emperador mogol Shah Jahan pasó sus últimos días de vida, por lo que pude imaginarme cómo miraba al Taj Mahal a través de la ventana de su celda.
Esa misma tarde, después de visitar el Fuerte de Agra, fuimos a almorzar y más tarde cumpliría uno de mis sueños: dar un paseo en bote por el río Yamuna, disfrutando de la puesta de sol y con vista al Taj Mahal. Nos demoramos en salir, ya eran las 6 p. m. y el bote se iba a las 6:30 p. m. Caminé muy rápido, pero resultó estar más lejos de lo que nos habían dicho, el resto del grupo se quedó atrás y yo ya estaba estresada. Premenstrual, con calor y viendo cómo se iba el bote del lugar que más deseaba ver, me enojé un poco más de lo necesario. Lo logramos, logramos llegar a tiempo. Tuve que respirar profundamente y recordarme a mí misma: "No seas tonta, Leslie, disfruta de la vista, estás aquí".
Los colores del atardecer reflejados en el río, el Taj Mahal que finalmente pude contemplar tranquilamente desde el bote, los cantos a Krishna que se oían a lo lejos de la gente reunida fuera de un templo, las aves y el mármol blanco del Taj Mahal cambiando de color. Durante esos minutos, parecía estar en una película y pensaba: "Qué hermosa es India, qué suerte tengo de estar aquí".
El paseo en bote fue breve y apenas nos movimos. Después de 25 minutos, ya estábamos regresando a tierra firme. Creo que, si tuviera la oportunidad de hacerlo de nuevo, estaría dispuesta a pagar un poco más y quedarme un rato más en el bote (también iría al río más temprano). Esos 20 minutos los aprovechamos para tomar fotos y videos, tratando de estar presentes en el momento. El tiempo pasó muy rápido. Al bajar del bote, nos quedamos en el río unos minutos más, disfrutando de la poca luz que quedaba, y luego nos dirigimos a un bar al que el chico del hotel nos llevó.
El bar, llamado "Chia Taj View", parecía bastante normal desde afuera y casi nos íbamos, pero decidimos subir para verlo y, afortunadamente, tuvimos una vista hermosa, cerveza fría y, como buenas latinas, terminamos poniendo música y cantando reguetón antiguo con el Taj Mahal de fondo. En ese momento, después de unas cervezas, nos imaginamos comprando ese café, poniendo un DJ al atardecer, disfrutando de buena música, buenos tragos, shisha, una zona de perreo abajo y relax en la terraza. Nos sentíamos millonarias mientras la noche caía."
A las 4:15 am, sonó la alarma y no pude posponerla. Hoy íbamos al Taj Mahal. Me vestí rápido y traté de arreglar un poco mi cara de sueño. Tomé mi cámara y salí caminando despacio, le dije a las chicas que nos encontraríamos allí porque no quería arriesgarme a perder el amanecer, y ellas todavía tenían que descubrir cómo ponerse el sari a esa hora.
El Taj Mahal abre 30 minutos antes del amanecer, así que compré la entrada allí mismo y a las 5 am ya había gente entrando. La entrada me costó 1300 rupias. Cuando llegué, mi teléfono decidió colapsar durante 5 minutos con el mensaje "iPhone unavailable, try in 5 minutes", y luego otros 15 minutos más. Todo para que yo pudiera disfrutar un rato sin el celular. Le pedí a un grupo de turistas que me tomaran una foto en la entrada con mi cámara y caminé hacia donde un señor me recomendó ir, donde había menos gente y se veía mejor el amanecer.
Casi no había nadie, los colores empezaron a cambiar. El mismo señor me siguió para sacarme fotos y luego me pidió una propina, pero fue muy amable, me llevó a varios lugares hermosos y luego tuve un par de horas para seguir visitando y encontrarme con Raquel y entrar al mausoleo, caminar a la mezquita. A las 8 am. fuimos a desayunar con Shaira también. En el camino de regreso al hostal, muy cerca del Taj Mahal, encontramos un café dentro de un jardín muy bonito, con buenos precios y sin gente que nos ofreciera cosas cerca.
Volvimos a dormir, teníamos una hora para descansar antes del check-out, pero nos pasamos un poquito y terminamos durmiendo 2 horas y media. Nadie nos dijo nada por hacer el check-out tarde. Fuimos a tomar una coquita y nos dirigimos a la Tumba de Akbar el Grande. Está ubicada en Sikandra, en las afueras de Agra, y es un mausoleo dedicado al emperador Akbar. Con enormes jardines y edificios impresionantes. Es un lugar muy tranquilo, estuvimos un par de horas y casi no vimos a ningún turista. Los jardines estaban llenos de aves y monos. Como nos habíamos alejado de Agra, nuestro plan de regresar para ver el atardecer allí fracasó, así que fuimos a comer y luego regresamos a Delhi.
Agra es una ciudad muy tranquila, a pesar de tener uno de los atractivos turísticos más importantes del país. Me pareció un lugar muy relajado. Con dos días en invierno o tres en verano, se puede ver todo lo que hay en la ciudad. Hicimos lo más importante y como sé que tengo tiempo para volver antes de irme de India en octubre, lo tomé con calma.
¿Te gustaría visitar Agra?
Comentarios